A todo motor

Nosotros 3, ellos 2

El equipo de los pibes arrancó el torneo con el pie derecho. Como dirían Los caballeros de la quema, “Partido chivo el que jugamos…”

“Sábado de gloria”, como el cuento de Benedetti. Vidriería Mercedes-Ocio-Show Sport-Amnesia Pub-Carnicería Dabove-Aberturas Pittoni-SUM-Rockómetro, más conocido como “El equipo de los pibes”, ganó porque mereció ganar. Siempre y en todo momento, los comandados por Fedullo & Fedullo Jr. & Perocini & Jiménez & Carusso Lombardi & Company, quisieron demostrar que en este año sí se puede.

El partido fue duro, nadie ignoraba que iba a ser así de ante mano, teniendo en cuenta que se enfrentaba al campeón, y que la última vez que le habían visto la cara, no había sido más que un Pic-Nic en la AJB para los Calabreses. ¡Pic-Nic enlajotabé! Pero esta vez, la cuestión de voltaje pasó por los pies de los nuestros.

Se consiguió abrir el marcador por medio del ladrón del Paspado La Placa y, si bien en cuestión de minutos estábamos 2 a 1 abajo, siempre quisimos jugar. Amén del despelote característico del medio campo, muchas veces dejando grandes lagunas que favorecen a los rivales, “cada vez que tuvimos la pelota, quisimos jugar” (SIC Fedullo papá).

El primer tiempo terminó con un resultado amargo y unos entredichos que rozaban la delgada línea roja entre la crítica ácida y el despropósito moral (Ver aparte Lo feo). Pero en el segundo tiempo, después de algunos cambios que favorecieron al equipo, la historia ya no fue la misma. Matthys, Ramos y Martín Guglienminchunkis (nunca me acuerdo el apellido) reforzaron las zonas desplegando buen fútbol. Por suerte ya habían salido Pingata y el Mono.

La caprichosa iba de acá para allá, con estoico maltrato, hasta que apareció Marianito para convertir en gol el penal que le hicieran a Matías Peroncini mientras promediaba el segundo tiempo, y mientras en Valladolid, España, unos estudiantes africanos de bioquímica festejaban por enésima vez la vuelta del Chino Zunino a su país de origen.

Pero no todo quedó allí. Hubo un momento clave. Una imagen vestida de triunfo. Un cóctel de buena leche. Mientras nuestro capi pedía que el equipo se replegara (ya habían expulsado a Coco Alaniz y estábamos con uno menos) Patrulla Jiménez tomó la pelota para hacer rápidamente un lateral y dijo “No, ahora vamos a ganarlo”. El morocho de la 22 bis y loma del culo, corrió esa misma pelota que había puesto en juego, se perfiló para la derecha y clavó terrible zapatazo al segundo palo del arquero y… ¡Cjjjjj! ¡Gol con red para Patrulla! Así las cosas se ponían 3 a 2 y ni Hermínides, Dios griego de los copos de azúcar, pudo dar vuelta semejante batalla ganada.

Un sábado de gloria, sin dudas. Partido chivo el que jugamos, claro. Pero esta vez, el Pic-Nic, fue nuestro.

Lo bueno: La actitud de todo un plantel que busca la coronación después de dos años.
Lo malo: La expulsión de Luisito Alaniz. Se pierde un pieza importante de la defensa.
Lo feo: Ferrandis está loco. Después del segundo gol de Calabria, Juan miró a Tito Puga y lo insultó feo. Le dijo cosas irreproducibles que nadie merece que le digan. Puga fue un señor, y si bien contestó la agresión, no hizo más que bancarse al desequilibrado mental que hoy defiende los tres palos. No es la primera vez que el 1 se saca, y el plantel lo sabe. Quizás sea el momento de replantearse la pasión, ¿no Juan? Feo lo tuyo…