lunes, 8 de junio de 2009

Cruzá los dedos

La fuga

Se pudo confirmar la punta. Se pudo despegar a los seguidores. Se sacó una ventaja, es verdad, pero la historieta sigue.

El sábado “El equipo de los pibes” demostró que está preparado para darle duro hasta el final. Aún sin jugar bien, dejó en claro que para que les saquen el campeonato de las manos (cosa totalmente factible) van a tener que hacer mucha fuerza. Chicos, vayan a jugar más allá, por favor. Es que el grupo está muy motivado y busca en cada pelota dividida la gloria del amateurismo.

¿Qué fue lo que pasó? No mucho. Chicos, vayan a jugar más allá, por favor. Es decir, el partido arrancó con un total dominio de los vidrieros ociosos que manejaban la pelota sin demasiadas llegadas de riesgo. Chicos, por favor, vayan a jugar más allá. Se especuló un poco para ver cuál era la resistencia de los rivales, y cuando se entendió que las llegadas contrarias parecían que iban a escasear, los pibes intentaron apretar el acelerador. Cuidado que viene la bebotaaaaaaa… no. Nada. No pasó nada. Chicos, vayan a jugar más allá.

Las situaciones que los verdinegros generaban no prometían demasiado. Es más. Se tuvo que esperar a un error defensivo involuntario para que el árbitro sancionara el penal que Juan De los Viñedos Matthyz trocara por gol. El 1 a 0 y esperá, esperá que se viene con todo Recalde, esperá, ahí está, ahí está, ahí estáaaaaaaaaaaaaaa. No, disculpen. Nada, che. Chicos, vayan a jugar más allá, por favor.

La pelota se movía en los pies de los nuestros, y eso era importante. Pero la ansiedad hacía que… chicos, vayan a jugar más allá porque se les va a meter la pelota en el medio de la cancha, por favor, chicos… digo, la ansiedad hacía cometer errores no muy frecuentes en los pies de los nuestros. La Bebota aparece de sorpresa otra veeeeeeeeeeeeeez y… No. Nada. Puta madre. Chicos, por favor.

Ellos llegaron en dos oportunidades. De contra querían lograr el empate. Un tiro libre algo tibio que terminó en la panza de Herrandis y… y… y… ¡chicos la pelota! ¡Chicos! ¡No! ¡Noooo! ¡Un misil tierra-tierra se dirigía al primer palo del uno de Vidrios-Ocio; una bomba teledirigida que había salido despedida del delantero rival y que tenía como único destino la red del equipo puntero…!
Pero gracias a Dios, los chicos que jugaban detrás del arco hicieron caso omiso a las peticiones de los players y justo en ese momento la pelota que los divertía tomó un rumbo extraño y se metió en medio del camino de aquel proyectil futbolero haciéndolo estrellar contra su cuero de segunda mano y evitando el empate de Los Jarrones.
Por que era el empate, loco. Los muchachos nos empataban, te lo juro. Era inatajable… por suerte ahí estaban los niños. Los de la pelota. Los que jugaban detrás del arco. Los mismos que se corrieron después de haber recibido infinidad de insultos. No sabemos si ellos habrán sido testigos directos de lo que habían provocado, pero qué historia mamita…

En el segundo tiempo las cosas fueron distintas. Hubo otra actitud como respuesta al planteo de Fedullo y los pibes se engancharon un poco más. Un poquito. Tampoco tanto. Sólo un poquito. Tal es así que… pará, pará que otra vez se la tiraron a Estani, pará, ahí va el paragua, ahí lo tiene, este sí, le pegóooooooooo… Mmm, no.
Sigamos con lo nuestro. El segundo llegó por una salida rápida desde nuestro arco. Herrandis tomó un centro aéreo y lo depositó en los mágicos zapatos de Marianito Ramos, recién ingresado, que no tuvo más que correr con palota dominada unos sesenta metros hasta definir de media distancia (con complicidad del arquero rival). Después, llegaría… Ahí está, ahí llega el premio al esfuerzo, ahí viene, sí, sí, sí, Recalde sólo frente al arco, le pegóoooooooooooooooooo! No. No, nada. No pasó nada. Mil disculpas.

Después de tanta polémica durante la semana, y más allá de no manejar los mismos códigos, Fedullo depositó algo de confianza en el gran Hernán Ocdulioc La Placa y lo mandó a la cancha. Esa confianza se transformó en dos golazos. El tercero, luego de una gran jugada de Matthys y el cuarto, para cerrar un partido soñado. Volver y con dos goles.
Ya sobre el final, con el ocaso vivo y en la previa del embole Argentina-Colombia, una jugada por la derecha brotó como un pimpollo en medio del frío invernal. La cosa es que Patrulla Jiménez encaró como una gacela al lateral izquierdo, y sin egoísmo alguno, enganchó para la zurda con el objetivo de buscar la cabeza del centro delantero más cotizado en el último trimestre en Chipre, Estanislao Del Viento Recalde. Allí puso la pelota. Sobre la cabeza del goleador de Quilmes en el `96. Sobre el insistente jugador de metro ochenta y cinco que. Aleteo previo, se elevó buscando la bendición de la red. Y ahí saltó. Y allí fue que conectó el cabezazo…

Aquellos que no estuvieron, que interpreten lo acontecido…

La Comisión

4 comentarios:

nico dijo...

como el hincha de boca cuando vio que palermo regresaba de la lesion y le marcaba a river en la libertadores un gol antologico.
como el hincha de central cuando vio volver a su campo al petaco carbonari y la primer pelota que toco fue un tirolibre directo a la red.
asi me senti yo
pero la historia de ahora en adelante dira "como el hincha del vidriero que vio como el tanque la placa entraba a la cancha otra vez y marcaba 2 goles..para el equipo.. para la hinchada..para la historia.." gracias TANQUE por tanto futbol

Anónimo dijo...

yo pensé qe lo decias por la bebota recalde!!!!!!!!!!!!

Un Pillín! dijo...

yo tambien pense que era por estani... jejeje.-

otro pillin dijo...

los idolos no se manchan. no te vayas nunca paspado.demostraste que estas a la altura de las circunstancias. gracias por tanta magia.


LOS PILLINES.